En México es muy común escuchar que sale más caro comer de forma saludable que comer sin preocuparse por la calidad de los alimentos que consumimos, pero puede que esto no sea del todo cierto.
Un grupo de investigadores de la UNAM, encabezados por Patricia Clark (jefa de la Unidad de Epidemiología Clínica del Hospital Infantil de México Federico Gómez-Facultad de Medicina UNAM), comenzaron su investigación analizando datos de consumo de alimentos de una muestra de niñas, niños y adolescentes de la CDMX y el área metropolitana entre marzo de 2014 y abril de 2019; luego, revisaron los precios de diferentes alimentos, tanto saludables como no saludables en diversos tipos de establecimientos, y concluyeron, después de un exhaustivo estudio, que no hay diferencia real de costos (Maguey, 2023).
Dentro del estudio, se encontró que en algunos casos, incluso, algunos alimentos no saludables llegaban a costar más que los productos saludables (el plátano tuvo un costo promedio de 20 pesos el kilo, mientras que los pastelillos costaban aproximadamente 50 pesos el kilo), aunque en algunos de estos casos también los costos variaban de forma poco significativa (el agua tuvo un costo promedio de 12 pesos el litro, mientras que las bebidas azucaradas contaban con un costo promedio de 13 pesos por litro). (Maguey, 2023).
De igual manera, Maguey (2023) señala que este mismo estudio arroja datos que indican que los alimentos no saludables tuvieron un ligero incremento en su precio a lo largo del tiempo, mientras que los alimentos saludables se mantuvieron. El estudio también resalta que la frecuencia de consumo de cada alimento es la principal diferencia entre los patrones dietéticos.
Maguey (2023) menciona que para Clark esta información podría resultar de gran ayuda para quienes toman las decisiones sobre las compras de alimentos en cada hogar, pues es importante que sepan que comer saludable no implica un mayor gasto; asimismo, Clark abona que es importante difundir la gran variedad de frutas y verduras que se producen aquí en México y la ventaja que ello implica para poder acceder a ellas a un costo más bajo que en otros países. “No es indispensable comer cosas caras para que sean saludables, lo que sí es que debemos educar acerca de qué comer y saber qué comprar” (Maguey, 2023, párr. 13) comenta Clark.
La dieta del mexicano cambió radicalmente hace algunos años con la entrada de alimentos más procesados, todo por la perdida de la autosuficiencia de la que gozaba el país, pues actualmente una gran parte de los alimentos se tienen que importar, dando entrada a grandes cadenas con productos como donas o hamburguesas que anteriormente no eran de tan fácil acceso (Maguey, 2023).
Estudios como esté son de gran importancia para el contexto social actual pues abonan a la conversación de por qué hay un alarmante aumento en las tasas de obesidad entre los mexicanos, la cual está muy relacionada con la aparición de enfermedades como la diabetes tipo 2, padecimientos cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares (Maguey, 2023).
Ahora que ya conoces los resultados de este estudio, puede ser un buen momento para dar ese paso y comenzar a llevar una dieta balanceada, que te ayude a llevar un estilo de vida más saludable.
El curso de Nutrición y dietética es el complemento ideal para cualquiera que desee mejorar su estilo de alimentación y ayudar a otros a lograrlo también, así como a mejorar la relación con los alimentos conociendo cada una de sus funciones dentro del cuerpo.
No hay más excusas, ya sabes que comer sano, no es caro. ¡Qué esperas!
Referencia: Maguey, H. (24 de julio de 2023). Una dieta saludable no es más cara que comer mal. Gaceta UNAM. https://www.gaceta.unam.mx/una-dieta-saludable-no-es-mas-cara-que-comer-mal/